jueves, 5 de julio de 2012

Te he echado de menos.

Aun mantengo esa sonrisa cuando nos disponemos a despedirnos. Fueron miles de horas con él, dibujando sonrisas, y escribiendo besos.
Ha pasado un tiempo desde que le conocí, y tiempo desde que el silencio se interpuso entre nosotros dos. Aún así, sigo manteniéndole en mi, sigo sonriendo cuando la conversación empieza.
Aún tengo mis sueños intactos.
Recuerdo cada caricia, una a una, los momentos de sonreir y los que no, los cálidos abrazos, las miradas, los gritos al verle.


Solo me acuerdo, que con él era todo a base de bonitas palabras, carcajadas, tonterías, todo se calmaba con una caricia, con un beso de "buenas noches mi niña", era todo más fácil.
Si, si que me arrepiento de haber estado ausente, de haberle perdido. Solo espero que sea capaz de perdonarme por este tiempo. Podemos volver a recuperar cada momento, prometo poner de mi parte.
Ahora lo que mas me cuesta decirle, a él, porque se que está leyendo esto, me cuesta decirle que después de estos años, vamos a separarnos de verdad. Pero quízás sea el momento que nos faltó, separarnos para volver a estar juntos.
Lo que no quiero, es que este cambio provoque el olvido de nuestras personas, no quiero saber que le voy a olvidar, no quiero olvidarle, jamás, nuestros momentos han sido muy fáciles de llevar, han sido fantásticos, y por ello, no lo voy a hacer, yo te lo prometo, hagamos ese pacto, uno más.
Te lo habré dicho mil veces, pero de verdad, te quiero.
Gracias por cada historia vivida pero jamás contada.

Es cosa de DOS.

Quizás ya sea una costumbre decirnos "te quiero".
Quizá ya los buenos días no son buenos si no estás, quizás no pueda dejarte de echar de menos, pero creeme que no nos gustaría echarnos de más.
No podemos dejar de mirarnos a los ojos sin evitar un " deja de mirarme, me da verguenza". Y que tanto nos costó pensar que los días podían durar mas de lo que creíamos.
No podemos evitar disfrutar del presente, pensando en un futuro, no tan lejano.
Estoy un tanto harta de hablar de la distancia, sin pensar antes que podemos romperla al juntar nuestras yemas bajo la almohada.
Pensándolo, ya es hora de acabar con las caras largas, y vivir cada momento juntos, como si fuera el último, ya es hora. Y ya es hora de romper con la rutina que nos invade. Vamos a darnos un tiempo para ser felices juntos que ya es hora, amor.